1. Justificación
Con
el Consenso de Washington, planteado en 1989, se insertó a los países del
tercer mundo en los procesos económicos de la globalización a través de los
Tratados de Libre Comercio, se promovió la privatización de las empresas
estatales, patrimonio de millones de ciudadanos, privilegio la importación de
mercancías y productos en detrimento de la producción nacional y se impulsó el
flujo de de las inversiones extranjeras directas hacia los países en vía de
desarrollo por medio de los llamados capitales golondrinas. De esta
manera, se propició que estos capitales se apropiaron de los mercados internos,
monopolizando las fuentes de empleo y quebrando los aparatos productivos
nacionales.
En
Colombia, la alianza entre el gran capital financiero nacional y los
inversionistas internacionales, se tomó los sectores de la salud y la seguridad
social, al tiempo que se flexibilizaban las relaciones laborales, por medio de
la Ley 50 de 1990.
En
este contexto, los sectores de la cultura y el turismo, también fueron
identificados como poderosas fortalezas nacionales, susceptibles de generar
extraordinarios dividendos.
Para
controlar estos sectores, las políticas culturales estatales, con la Economía Naranja a la cabeza, han venido fortaleciendo a las grandes
empresas mundiales de “multimedia” y
del “entretenimiento” – no de la cultura - implantando por
medio
de amplias campañas promocionales, sus propios valores ideológicos y
mercantilistas, en detrimento del desarrollo de las culturas y de las artes
populares, analíticas y críticas.
Actualmente,
el capital financiero internacional, a través de las grandes empresas
multimedia, impone su pensamiento y valores a nivel mundial, obstaculizando el
surgimiento de movimientos y expresiones culturales independientes y
nacionalistas.
La globalización cultural es un arma de los poderosos para
la expansión de sus valores, defender sus intereses, multiplicar sus ganancias,
y a la vez controlar las mentes y menguar las expresiones nacionales
independientes, a no ser, que, bajo su control, puedan producir pingües
ganancias. A esto se debe la implacable expansión y homogenización de sus
patrones culturales en el mundo, a través del cine, la propaganda, la
multimedia, la música y el arte en general. El razonamiento es lógico: “Si se
ofrece un producto cultural en un mercado amplio y homogéneo, se incrementan
las ventas”. Por lo tanto, hay que homogenizar las culturas y los mercados.
En
ese contexto, otro de los problemas centrales de la cultura consiste en el
abandono sistemático del Estado de sus responsabilidades y obligaciones
constitucionales hacia el arte y la cultura, desconociendo el concepto
constitucional de que el arte y la cultura son un “derecho”
del pueblo colombiano y convirtiéndolas en otra simple mercancía que debe
regirse de manera empresarial y autosuficiente. En ese marco, solo
los grandes monopolios culturales y del entretenimiento, pueden continuar
produciendo de manera rentable y ventajosa, mientras los artistas y sus
pequeñas y medianos emprendimientos nacionales, enfrentan una competencia
desleal, sin las garantías y los apoyos necesarios por parte del Estado.
De
hecho, la intención de este tipo de política pública, es convertirnos en una
maquila cultural que suministre ideas, capacidad creativa y mano de obra barata
para las grandes empresas internacionales del entretenimiento.
Entre
los sectores más afectados por esta política que favorece principalmente a las
grandes empresas multimedia se encuentra el de la televisión y las
telecomunicaciones donde, entre otras, se ha intentado rebajar la cuota de
pantalla nacional en al menos tres ocasiones. Adicionalmente, con las reformas
de modernización de las TIC, el gobierno amplió el plazo de entrega del
espectro electromagnético y, desfinanciando aún más al sector, rebajó las
contraprestaciones que las grandes empresas debían pagar por su adjudicación,
les dio la posibilidad
del
pago en “obligaciones de hacer”- una forma de pago en especie-, y dejó sin
regular ni tasar las OTT. Al mismo tiempo, eliminó la Comisión de Regulación de
Comunicaciones y ANTV y creó la Autoridad Nacional de Regulación de Comunicaciones-ANRC-,
bajo el control de MinTic, acabando con la independencia de los medios.
De
esta manera, las telecomunicaciones desaparecen como promotoras de nuestras
culturas, al debilitarse los canales públicos y regionales, así como la
televisión y la radio comunitarias.
Los
artistas colombianos, por falta de apoyo y reconocimiento estatal, están
sometidos a vejámenes y a situaciones de desventaja, en las que su trabajo se
convierte en una empresa casi imposible. Su vida cotidiana es un azar. Se
socava su labor, su creatividad, y su misma sobrevivencia, así como la de sus
familiares. Cubrir sus necesidades mínimas para vivir y para poder realizar su
trabajo, es una empresa titánica, regida por leyes aleatorias. Mantener su
creatividad es posible gracias solo a su heroico compromiso personal.
Para
contrarrestar esta nueva y nefasta política cultural y el secular abandono
gubernamental del sector cultural nacional, es imperativo construir, desde
todos los rincones de Colombia, la citadina y la profunda, una gran fuerza
social inclusiva conformada por nuestros creadores, gestores y emprendedores
culturales, para la elaboración colectiva de un marco conceptual basado en
criterios y propuestas coherentes y nacionalistas que posibiliten la
estructuración, a corto plazo, de una nueva Ley General de la Cultura.
Esta nueva Ley, se
convertiría en la herramienta jurídica, para que el Estado cumpla con sus obligaciones constitucionales
hacia la cultura y las artes, brindando todo el apoyo a los creadores y
gestores nacionales, así como a la conformación y fortalecimiento de sus
cadenas productivas, a fin de proteger la creación y producción cultural
nacional y su circulación, garantizando, de esta manera, la preservación,
enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural tangible e
intangible y la memoria histórica, bases de nuestra nacionalidad.
El
Estado tiene la obligación constitucional de incrementar significativamente los
presupuestos, apoyos, subvenciones, ayudas, estímulos y concertaciones culturales
locales y nacionales; por ello, debe garantizar el fortalecimiento de la
infraestructura y de toda la cadena productiva cultural, garantizando la
democratización y la participación ciudadana y de las instituciones estatales,
de tal manera que se posibilite recuperar y ejercer la autodeterminación de los
pueblos en los territorios, condición necesaria para el cambio de las políticas
culturales.
2. Hacia una
nueva política cultural
Una
nueva política cultural, debe garantizar a los artistas, a los gestores y
trabajadores de la cultura en general, ser sujetos de derechos tales como, los
derechos de autor, el derecho al trabajo, al descanso y las vacaciones; derecho
a la seguridad social, incluyendo una remuneración justa por su trabajo y un
nivel de vida digno, lo que incluye el derecho a una pensión, salud, vestidos,
vivienda, seguro de desempleo, viudez, maternidad y demás derechos ciudadanos.
Una
nueva política cultural debe, además, garantizar a los artistas la libertad
creativa y el derecho de constituir las organizaciones gremiales, sindicales
y/o empresariales que prefieran y de afiliarse a ellas, si así lo desean. Las
administraciones locales y nacionales y el Estado en general, deben concertar
con las organizaciones que representen a los artistas, para la elaboración de
políticas culturales, educativas y laborales, que propendan, defiendan y
privilegien, de manera prioritaria, las relaciones contractuales de los
creadores y cultores de las diferentes manifestaciones culturales, así como también,
apoyar la formación profesional de nuestros artistas.
De
igual manera, el Estado debe fortalecer la investigación en ciencia y
tecnología, y la recuperación de los saberes tradicionales; debe incorporar
técnica y científicamente la educación en las artes desde la primera infancia,
en las instituciones educativas en general y especialmente, a través de
universidades y centros de investigación públicos o independientes.
Una
nueva política cultural debe garantizar el reconocimiento y respeto del derecho
a la vida, a la libre determinación, al territorio, a la potestad de practicar,
conservar y revitalizar sus costumbres y tradiciones culturales, tales como,
historias, idiomas, memoria oral, filosofías, cosmovisiones y los sistemas de
escrituras y literaturas de los pueblos indígenas, negritudes y pueblos
raizales -.
3. Hacia una nueva Ley General de la
Cultura
Entender
la problemática del sector cultural nacional, solo nos lleva a una conclusión:
No
podemos confundir a la cultura nacional, con la industria del entretenimiento..
La
cultura nacional es la manifestación simbólica de la manera de pensar, sentir y
ver, de los múltiples pueblos que conforman nuestra nacionalidad, tal como está
establecido en la Constitución Nacional.
Ante
el tradicional abandono estatal del sector cultural de nuestro país, los
tenedores y cultores de las diferentes manifestaciones que conforman el
entramado cultural nacional, desde nuestros respectivos territorios proponemos
al gobierno nacional una discusión amplia, generosa, respetuosa,
digna y honesta con el sector oficial institucional, para
abordar las inquietudes y esperanzas surgidas en los últimos doscientos años de
nuestra historia, en búsqueda de una nueva Ley General de la Cultura,
que integre, defienda y acoja a las esperanzas de millones de colombianos productores
de cultura, hoy diseminados por ínsulas, cordilleras, altiplanos, selvas, ríos,
llanuras, sabanas, planicies inundables, zonas indígenas, antiguos palenques,
zonas de litoral, pueblos y ciudades.
Nuestra propuesta se sintetiza de
la siguiente manera:
Una
nueva Ley General de la Cultura debe reconocer que el arte refleja, conserva,
crea y enriquece la identidad cultural y el patrimonio espiritual de las
diferentes comunidades; así mismo, constituye una forma universal de expresión
y de comunicación y es el denominador común de las diferencias étnicas, de
género, culturales, religiosas y políticas lo cual transmite a cada individuo
el sentido de pertenecer a la comunidad humana y a definir su propia identidad.
Llegar
a la concreción de una nueva política cultural, debe ser el resultado de un
amplio y cuidadoso proceso de diálogo, concertación y articulación cultural e
intercultural, que vaya más allá de los planos estrictamente culturales o
políticos coyunturales y que abarque otros ámbitos. Prácticamente todas las
actividades humanas están estrechamente vinculadas con la diversidad cultural
y, a su vez, ayudan a conformarla.
4. Convocatoria
Enmarcados
en ese orden de ideas, el Frente Amplio por la Defensa de la Cultura Nacional
considera oportuna la convocatoria y realización del FORO POR LA DEFENSA DE LA
CULTURA NACIONAL Y POR LA DIGNIFICACION DE LOS
ARTISTAS: HACIA UNA NUEVA POLITICA
CULTURAL, los días 14 y 15 de
abril del 2021, con el propósito de iniciar un proceso de construcción de
los lineamientos generales para una nueva política cultural que tenga como eje
central la defensa del interés nacional y en la cual participen de la manera
más amplia y
democrática
las diferentes organizaciones, asociaciones y colectivos culturales, étnicos,
de género, regionales y nacionales.
Para
garantizar una robusta participación de las organizaciones regionales, así como
de las asociaciones culturales nacionales y de las minorías étnica y
poblacionales urbanas y rurales, al FORO
POR LA DEFENSA DE LA CULTURA NACIONAL Y POR LA DIGNIFICACION DE LOS ARTISTAS: HACIA UNA NUEVA
POLITICA CULTURAL, se convoca a una serie de foros regionales preparatorios, buscando la más amplia participación
democrática de los diferentes actores de las cadenas de la producción cultural.
Con
estos enunciados básicos, el foro debe materializar su compromiso de seguir
trabajando por la unidad del pueblo colombiano para plantear alternativas a la
implementación de las políticas monopolistas de la Economía Naranja; una
política estatal impuesta sin consulta previa, ni una razonable y amplia
discusión entre las
bases sociales, las cuales conforman y son tenedoras de nuestra mayor
riqueza:
nuestra biodiversidad ambiental,
cultural y étnica.
La
implementación de la Economía Naranja, como único modelo que rija las políticas
culturales de Colombia, es violatoria de la Constitución Nacional, ya que acaba
con las obligaciones y responsabilidades constitucionales del Estado para
garantizar la cultura como un derecho y el acceso de todos los ciudadanos a las
formas más elevadas del arte y la cultura. Igualmente, atenta contra la
soberanía cultural, ya que afecta el desarrollo, la creación, la circulación y
el acceso de nuestro pueblo a la cultura, como elemento indispensable de la
identidad nacional y del tejido social.
El
Comité Organizador del FORO
POR LA DEFENSA
DE LA CULTURA
NACIONAL Y POR LA DIGNIFICACION DE
LOS ARTISTAS: HACIA UNA NUEVA POLITICA CULTURAL, propone
avanzar en la consolidación de un gran movimiento
social desde lo local, lo regional y lo nacional, que represente a nuestra
diversidad multiétnica y pluricultural y que cubra nuestra geografía desde las llanuras
del Orinoco y las tres cordilleras, al Pacífico y desde el Caribe y su zona
insular,
hasta el Amazonas, como único modo de implementar una nueva política cultural.
Para estos propósitos convocamos a todos los sectores culturales del país a que
intercambiemos propuestas para este evento.
5. Se convoca a representantes de los
siguientes sectores:
• Artes Escénicas, Artes Mágicas,
Teatrales, Circenses y Títeres
• Empresarios,
productoras, directores, actores, guionistas y todo el sector técnico y de
servicios de la televisión, cine y medios audiovisuales
• Empresarios,
productores, periodistas, escritores, comentaristas y todos los miembros de los
medios escritos
• Fotografía, producciones
audiovisuales, creativos, publicistas,
• Literatura escrita, narración oral
• Academia:
Universidades y sus facultades de Bellas Artes, escuelas de Arte y oficios,
historiadores, antropólogos, sociólogos, investigadores folclóricos y sociales
y academia en general
• Músicas y danzas: folclóricas,
populares, clásicas, experimentales y demás
• Gestores, productores y
empresarios colombianos de la cultura
• Artesanos:
Constructores de instrumentos musicales, cestería, alfarería, orfebrería,
tejidos
• Asociaciones,
organizaciones y colectivos de la cultura, las artes y las artesanías
regionales y nacionales
• Tenedores
y guardadores de conocimientos ancestrales: medicina botánica, cosmogonías
étnicas
5.Objetivos:
• Propiciar
el dialogo, la discusión y concertación entre las diferentes organizaciones y
actores, artísticos y culturales del país, para definir unos lineamientos
generales que permitan el diseño de un marco teórico básico de política pública
para la cultura nacional
• Fortalecer
la deliberación entre los discursos sobre la globalización cultural y las
políticas culturales nacionales para construir consensos acerca de lo que debe
ser y lo que finalmente resulte ser la cultura nacional
• Defender
los Derechos de Autor y derechos conexos como base de nuestra nacionalidad y
fundamento económico de los ingresos de los creadores, frente a los tratados de
Libre Comercio y a las empresas editoras nacionales e internacionales
• Abordar
la situación de precariedad en que están los artistas, trabajadores y gestores
del sector artístico y cultural del país y toda su cadena productiva
• Trazar
propuestas para garantizar condiciones más adecuadas, igualitarias y propicias
para el desarrollo y la creación cultural nacionales, con énfasis en la defensa
de las necesidades específicas y particulares de las regiones y
localidades
y con especial atención a las problemáticas de discriminación de género, etnia
y lenguaje
• Intercambiar
experiencias y propuestas para impulsar y defender la diversidad y el
desarrollo culturales con un pánel de expertos internacionales lo más amplio
posible
6. Mesas Temáticas:
Las
mesas temáticas, en su calidad de representantes de base de los diferentes
sectores de la cultura nacional, abordarán y analizarán, sectorialmente, sus
respectivas problemáticas, planteando y proponiendo soluciones a las mismas,
las cuales serán llevadas a la Mesa Central de Concertación del Frente Amplio
por la Defensa de la Cultura Nacional, para su análisis e inclusión en nuestro
proyecto “Por una nueva Ley de General de la Cultura”.
• La cultura nacional frente a la
globalización de la cultura
• Situación
económico - social de los artistas y el derecho a la organización y a la
seguridad social de los creadores y tenedores de las diferentes manifestaciones
culturales de la nación
• Culturas
ancestrales: pplurilingüismo y diálogo intercultural y preservación de
las lenguas, cultura y arte de las minorías étnicas y raizales
• La
participación y el enfoque de género, en la creación, difusión y disfrute de la
cultura
• Derechos
de autor, derechos individuales, derechos colectivos, derechos conexos y
cooperación para la libertad creativa
• Políticas nacionales de medios
públicos y privados
• Folclor y cultura tradicional, la
artesanía y su peso en la cultura nacional
• Memoria histórica e identidad
regional y nacional
• Carnavales y festivales
folclóricos, fiestas populares y culturales en general
• La
cultura como derecho social y problema de interés transversal de todos los
colombianos
Riohacha,
16 de diciembre del 2020
CONVOCANTE
FRENTE
AMPLIO POR LA DEFENSA DE LA CULTURA NACIONAL:
FIRMANTES
Club Colombiano de Artes Mágicas
Corporación
Carnaval de Riosucio
Biblioteca Popular Carlos Gaviria Díaz de Riohacha
Corporación Cluster de la Cultura y de la Música Vallenata Fundación
Cantautores Vallenatos
Movimiento en Defensa del Vallenato Clásico Unidad
Nacional de Artistas – UNA Festival Vallenato Mayor. Manaure Cesar. Teatro en
Cuarentena Latinoamérica
Colectivo
Municipal de Artistas de Sabana de Torres
Laboratorio de Teatro Universitario de la Universidad
Nacional de Colombia Federación Indígena Tayrona, Zona de Recuperación
Territorial Arahuaca
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