Comunicado del Ministerio de Cultura
El Ministerio de las Culturas, las
Artes y los Saberes, en concordancia con sus propósitos misionales y deberes legales,
informa a la opinión pública
que rechaza de manera rotunda los comportamientos de
hostigamiento, maltrato y señalamiento que se han proferido contra los
servidores públicos y contratistas que vienen desarrollando actividades para la implementación del Pacto Cultural por la
Vida y por la Paz en el Pacífico nariñense. Estas actitudes van en contra de la
constitución de una Cultura de Paz.
Reconocemos y valoramos la diversidad de opiniones, así como el respeto
a las mismas y a los espacios democráticos para el debate y la crítica. Estos
no pueden ser compatibles con la intimidación ni la vulneración de los derechos
inherentes al desempeño de nuestros funcionarios y contratistas.
Expresamos
nuestro total respaldo al trabajo y compromiso que funcionarios y contratistas,
como Raúl Alejandro Delgado y Marcela Aragón, vienen realizando en el
territorio en interacción con las organizaciones comunitarias y diversos
actores e instituciones; así como las actividades y gestiones que llevan a cabo la Escuela Taller
de Tumaco, la Dirección de
Fomento Regional, la Dirección de Artes, la Dirección de Patrimonio y Memoria y
las asesoras de despacho en el territorio.
Es deber del
Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes velar por las buenas
condiciones para el cabal desempeño de todas las personas que colaboran en las
múltiples actividades, y fomentar los espacios democráticos para tramitar las
conversaciones difíciles y los procesos territoriales.
Finalmente,
hacemos un llamado a todas las organizaciones vinculadas directa o
indirectamente con la implementación del Pacto Cultural por la Vida y por la Paz en el Pacífico
nariñense a que los debates
y el desarrollo de las iniciativas acordadas desde el territorio y
con las organizaciones comunitarias se realicen con argumentos, para construir
paz y en ambientes de cuidado y respeto. Nos corresponde no permitir que unas
pocas organizaciones, que con su actuar hacen daño, inhiban la implementación
del Pacto Cultural, una estrategia que, como su nombre lo dice, es por la vida y por la paz, y busca democratizar el ingreso de los
recursos para fortalecer los procesos culturales en los territorios.
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