El latido de Barranquijazz: una velada inolvidable con Mónica Giraldo y Francisco Zumaqué

 

• el Teatro José Consuegra Higgins se convirtió en el epicentro del jazz en el Caribe, durante una de las jornadas más cautivadoras de Barranquijazz 2024. La cantautora colombiana Mónica Giraldo fue la encargada de abrir esta velada especial, y con su voz envolvente y dos guitarras como compañeras, ofreció una propuesta que desbordó poesía y sensibilidad. Con su estilo único, Giraldo tejió un universo sonoro donde las sonoridades colombianas se fundieron con algunas texturas experimentales, creando unos paisajes musicales que invitaron a la introspección y al disfrute.

Su lírica, cargada de imágenes evocadoras, se desplazó con suavidad por el espacio del teatro. La danza se integró a su presentación, añadiendo una capa de profundidad estética a una puesta en escena que fue más allá de lo musical: fue una experiencia sensorial donde la voz, los instrumentos y los cuerpos se sincronizaban en un diálogo invisible. Giraldo ofreció al público de Barranquijazz un viaje sonoro, lleno de emociones, en el que cada canción era una especie de poema tejido con acordes suaves y cadencias precisas.

El periodista y melómano, Moncho Viñas, lo describió con precisión: “Ayer, el espacio del Teatro Consuegra Higgins fue atrapado por la espectacular estética lírica y sonora de la compositora, guitarrista y cantante Mónica Giraldo y el genial compositor y director de bandas cordobés Francisco Zumaqué. Magia sonora se vivió en la segunda gala de Barranquijazz 2024”.

El festival es posible gracias al apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, a través del Programa Nacional de Concertación Cultural, la Alcaldía de Barranquilla, su Secretaría de Cultura y Patrimonio, y la Gobernación del Atlántico y su Secretaría de Cultura. Este respaldo, junto a la colaboración de patrocinadores como el grupo Argos, asegura que Barranquijazz siga siendo un faro cultural que ilumina el Caribe colombiano.

La noche continuó con el esperado cierre a cargo de Francisco Zumaqué, uno de los grandes pioneros del jazz en Colombia. El maestro, con su inigualable energía y carisma, presentó Wanderlust, una propuesta musical que fue más allá de los límites del género, abrazando sonidos tropicales, sinfónicos y de cámara. Zumaqué, acompañado por un equipo de músicos virtuosos de diversas latitudes —cubanos, suizos y colombianos—, creó una experiencia sonora única. En palabras de Viñas: “Contó con una paleta de metales encabezada por el clarinetista y saxofonista Carlos Piña y la presencia de un pianista magistral de tan solo 21 años”. Cada músico aportó su talento y visión, consolidando una presentación en la que lo internacional y lo local se entrelazaron de manera perfecta.

Con Wanderlust, Zumaqué transportó al público por un recorrido lleno de sorpresas, donde los ritmos del Caribe se encontraron con la libertad del jazz. La percusión, los vientos y las cuerdas construyeron paisajes que evocaban tanto los colores de nuestra tierra como la

precisión europea, en una sinergia que solo el jazz puede lograr. Cada pieza interpretada no solo reflejó el virtuosismo individual de los músicos, sino también la capacidad de Zumaqué para crear puentes sonoros entre culturas y géneros.

El público en el José Consuegra Higgins fue testigo de una noche que quedará en la memoria de Barranquijazz. Desde la sutileza poética de Mónica Giraldo hasta la explosión creativa de Francisco Zumaqué y su Wanderlust.

La gala de hoy es imperdible, será una noche para recordar, con la presentación del trompetista estadounidense Randy Brecker, una figura clave en la historia del hard bop y el jazz de vanguardia. Brecker, conocido por su trabajo con los Brecker Brothers, ofrecerá una muestra de su vasta trayectoria musical. La velada alcanzará su apogeo con la actuación del legendario Septeto Ignacio Piñeiro, pioneros del son cubano, que han influido en la evolución de la salsa, el mambo y el jazz latino durante más de 95 años.

Toda la programación de este evento de ciudad sigue demostrando que Barranquijazz no es solo un festival, sino una celebración de la diversidad y el poder transformador de la música.