De la tragedia al renacer: el legado de Armero y la misión solidaria de El Minuto de Dios
Por Claudia Arregocés.
Directora Combo Tropical Noticias
Cuarenta años después, el eco de la tragedia de Armero continúa vivo en la memoria de los colombianos. La noche del 13 de noviembre de 1985, una erupción del Volcán Nevado del Ruiz desencadenó una avalancha que borró del mapa al municipio tolimense, dejando a su paso una huella imborrable de dolor, pérdida y resiliencia.
A las 9:29 p.m., la explosión provocó el desprendimiento de cerca del 2 % del glaciar del volcán, generando un alud que arrasó con más de 210 mil hectáreas de tierra fértil y afectó los cauces de los ríos Lagunilla, Chinchiná, Gualí y Azufrado. La corriente de lodo y rocas cubrió por completo a Armero, dejando 23.000 víctimas fatales o desaparecidas, 40.000 heridos y más de 230.000 damnificados.
Entre la devastación y la desesperanza, surgió también una ola de solidaridad nacional encabezada por El Minuto de Dios, que bajo el liderazgo del Padre Rafael García Herreros, respondió de manera inmediata con ayuda humanitaria y espiritual para los sobrevivientes.
El Padre Diego Jaramillo Cuartas, cjm, en su obra Una vida y una obra, recuerda cómo el movimiento Minuto de Dios se convirtió en símbolo de esperanza y reconstrucción. “En todas direcciones se contemplaba dolor y desolación… sólo quedaron barro y silencio”, relata, evocando el paisaje desolado de aquel entonces.
Entre los rostros que marcaron esa tragedia, la pequeña Omaira Sánchez se convirtió en emblema mundial de la dignidad y la fortaleza humana frente a la adversidad. Su serenidad y plegaria, en medio del lodo, reflejaron la capacidad de fe del pueblo colombiano.
La respuesta solidaria de El Minuto de Dios
El 16 de noviembre de 1985, el Padre García Herreros hizo un llamado desde la televisión nacional:
“Queremos decirles a todos que los estamos acompañando, que quisiéramos abrazarlos, lavarles el lodo de la inundación y tenderles una cama limpia para que duerman en paz.”
La respuesta del país fue inmediata. Empresas y ciudadanos aportaron cerca de mil millones de pesos, una cifra significativa para la época. Con esos recursos, El Minuto de Dios impulsó proyectos de reconstrucción en Chinchiná, Lérida y Guayabal, donde se levantaron cientos de viviendas, escuelas, templos y centros comunitarios.
En septiembre de 1986, menos de un año después del desastre, se inauguró el barrio de Chinchiná. En noviembre, se entregó la primera etapa del barrio en Lérida, acompañado de una escultura en memoria de Omaira Sánchez. A finales de ese año, se entregaron viviendas en Guayabal, construidas con materiales donados por la comunidad judía y la empresa Ladrillos por Colombia.
En total, se edificaron más de 580 casas, un templo, una zona comercial, un hotel, residencias para adultos mayores, un colegio dirigido por Fe y Alegría, y un centro educativo que años después pasaría a ser parte de UNIMINUTO.
Banquete del Millón 2025: Paratebueno y Medina nos necesitan
Hoy, cuatro décadas después, el espíritu solidario del Minuto de Dios sigue vivo. En su 65ª edición, el Banquete del Millón invita nuevamente a los colombianos a unir fuerzas para apoyar a las familias afectadas por el sismo del 8 de junio de 2025 en los municipios de Paratebueno y Medina.
Más de 1.400 personas quedaron sin hogar, cinco centros poblados fueron devastados y 24 instituciones educativas resultaron gravemente afectadas. La meta de este año: reconstruir 600 viviendas.
El evento tendrá dos versiones:
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18 de noviembre: Banquete Digital, transmitido en YouTube y TikTok, con participación especial de jóvenes.
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20 de noviembre: Banquete Tradicional, una cena austera en símbolo de fraternidad y unión.
Las donaciones pueden realizarse en las siguientes cuentas:
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Davivienda: Ahorros No. 0040 0010 3814
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Banco Popular: Ahorros No. 2200 8706 4317
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Banco de Bogotá: Ahorros No. 441 222 221
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Efecty: Convenio 110560 – Referencia 3030
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