Resaltan falta de compromiso climático de México
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Cuestionan si México presentará
públicamente en 2022 plan para llegar a emisiones netas cero; México es el
único miembro del G-20 que no ha anunciado ningún plan para alcanzar emisiones
netas cero en 2050
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Presenta nuevo presidente y
director ejecutivo de WRI, Ani Dasgupta, las historias medioambientales que
moldearán al mundo este año durante edición 19 de Stories to Watch
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Llama Dasgupta a estar al
pendiente de las elecciones de Colombia, pues es incierto si se continuará con
el legado de acciones climáticas impulsados por Duque y que han hecho de ese
país el líder climático de Latinoamérica actual
México es el único miembro del
G-20 que no ha anunciado ningún plan para alcanzar emisiones netas cero en
2050, y las naciones deben seguir de cerca este año si el País dará ese paso,
afirmó durante la edición 19 de Stories to Watch Ani Dasgupta, presidente y
director ejecutivo del World Resources Institute (WRI).
Stories to Watch, el evento anual más importante de WRI,
da un vistazo a las historias que marcarán el rumbo del mundo en materia
climática bajo la mirada de los expertos de la red global de la organización.
El evento es un referente para legisladores, líderes empresariales y de opinión
y los medios de comunicación de todo el mundo.
La edición de este año presenta seis historias, las cuales
se centran en responder la pregunta climática más urgente para esta década:
¿Será este el año en que los gobiernos y las empresas conviertan en acciones las
promesas realizadas en la COP26, durante 2021?
Al presentar el panorama
mundial, el presidente de WRI destacó que en 2021 se tuvieron noticias buenas,
pues fuimos testigos de los compromisos asumidos por 155 países -responsables
del 83% de las emisiones globales-, quienes presentaron nuevas Contribuciones
Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), para reducir sus
emisiones a 2030.
Asimismo, destacó que 83
países responsables de alrededor de las tres cuartas partes de las emisiones
globales ya anunciaron objetivos de emisiones netas cero, como Estados Unidos e
India. Aunado a esto, todos los países del G7 + China se comprometieron a
detener la financiación al carbón en el exterior.
“Este es un paso muy
significativo”, dijo Ani Dasgupta.
Dasgupta destacó el caso
de Colombia, país latinoamericano que este año tendrá elecciones, las cuales
determinarán si continúa el importante legado que el Presidente Iván Duque ha
tenido en términos de la acción climática en Latinoamérica.
Otro de los puntos positivos,
añadió, es que la proyección del aumento de la temperatura global en este siglo
cayó de 3.6 grados celsius (estimados en 2015) a 2.8 grados celsius si las
promesas actuales se convierten en realidades.
“Si se cumplen todas las
nuevas promesas de cero emisiones netas, es probable que el aumento de la
temperatura límite sea inferior a los 2 grados y se ubique en el rango de 1.8 a
1.9 grados celsius”, indicó.
En el contexto de este
impulso creciente de los países, Ani Dasgupta presentó la primera historia,
titulada “Llegar a emisiones netas cero: ¿Cómo garantizar que los compromisos
de emisiones sean creíbles?”, pues mientras muchas naciones han presentado
compromisos sólidos, otras no tienen compromisos bien definidos, y otras
tantas, como México, aún no tienen un objetivo.
“El único (país miembro del
G-20) que no ha anunciado públicamente ningún compromiso es México”, acotó.
México se comprometió a reducir el 22% de sus emisiones de
Gases de Efecto Invernadero (GEI) y 51% de sus emisiones de
carbono negro
al año 2030, lo que equivale a 137
MtCO2e.
La segunda historia
presentada este año llevó el título de “El Carbón: el combustible más contaminante”.
Este combustible, se expuso, es el responsable de la generación del 25% de la
energía mundial, principalmente de la electricidad, y es el causante del 40% de
las emisiones de CO2, lo que lo convierte en la mayor fuente de emisiones de GEI
y el combustible fósil más contaminante.
No sólo eso, sino que el
carbón también es uno de los causantes de la contaminación del aire, que afecta
la salud de las personas y mata a alrededor de 800 mil personas anualmente en
todo el mundo.
“No hay lugar para el carbón
en el mundo (con un incremento en la temperatura de máximo de 1.5 grados celsius)”,
aseguró.
Por esta situación, una
parte muy importante de los compromisos en la COP26 fue que 46 países se
comprometieron a eliminar gradualmente el carbón doméstico; y 34 países se
comprometieron a poner fin a todo financiamiento de combustibles fósiles en el
extranjero.
En México, el carbón ha
tenido recientemente una reducción en la matriz energética, y actualmente constituye
el 3.64% de esa matriz; sin embargo,
representa una cuarta parte de las emisiones de GEI del sistema eléctrico
nacional.
Al presentar la tercera
historia, “Justicia Climática en aumento”, Dasgupta explicó que este concepto no
es nuevo, y que comienza por reconocer que un pequeño grupo de países ricos es
responsable de la gran mayoría de las emisiones históricas de carbono.
En números, 23 países ricos,
hogar del 12% de la población mundial, son responsables del 50% de las
emisiones globales de CO2 en la actualidad. En contraste, los países pobres,
responsables sólo de una pequeña parte de las emisiones, son quienes se ven
afectados de manera desproporcionada por la crisis climática.
En México, por ejemplo, las áreas forestales están habitadas por 11.04 millones de personas, quienes a su vez padecen los mayores niveles de rezago, lo que muestra
el uso desigual de los recursos naturales y obstaculiza que las comunidades se
organicen mejor para la protección de los bosques. En el País, más del 60% de los bosques y selvas son propiedad de ejidos y comunidades[1].
Respecto a los defensores y activistas ambientales, de acuerdo con Global Witness, Colombia y
México ocupan los primeros dos lugares mundiales por asesinatos de personas
defensoras de la tierra y del medio ambiente. En 2020, Colombia registró 65
asesinatos, mientras que México 30. En el caso de Colombia, los pueblos
indígenas fueron particularmente afectados, mientras que en México la
explotación forestal estuvo vinculada a casi un tercio de los ataques y la
mitad de estos fueron dirigidos contra comunidades indígenas.
La cuarta historia abordó un
tema ambiental clave “Detener la Deforestación”, derivado de la firma durante
la COP26 de los mayores compromisos forestales de la historia: 141 países, que
comprenden el 90% de los bosques del mundo, se comprometieron a detener y
revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030. Entre
los firmantes está México.
“Este es un problema
persistente. A pesar de todo lo que sabemos y de todas las promesas y
compromisos, no hemos visto el cambio, y el tiempo se acaba”, dijo Dasgupta.
Según los datos de pérdida
de cubierta forestal de Global Forest Watch de WRI, los trópicos perdieron 12.2
millones de hectáreas el año pasado. Los bosques primarios tuvieron una pérdida
un 12% más alta en 2020 que en 2019.
De los 24 lugares que tienen una concentración significativa de
puntos críticos de deforestación, 9
se encuentren en América Latina. En la región, las tasas más altas de deforestación las tienen
la Amazonía brasileña y el Cerrado, la Amazonía boliviana, Paraguay y
Argentina, así como el bosque Maya, que abarca a Belice, Guatemala y México.
En el caso concreto de México, Conafor estima que durante el
periodo 2001-2018 se perdieron en promedio 212
mil 70 hectáreas de bosque anuales, e identifica a la Península de Yucatán, Chiapas, Michoacán y
Jalisco como las zonas más críticas. Otras regiones como la zona limítrofe sur
entre Oaxaca y Veracruz, Guerrero y el norte de Veracruz y San Luis Potosí,
también presentaron incidencia de deforestación alta.
La quinta historia, titulada
“Prevención de pandemias”, reflejó la preocupación sobre el vínculo entre las
áreas naturales y las pandemias. El 75% de las enfermedades infecciosas se
originaron mediante un contagio zoonótico, es decir, mediante la transmisión de
un patógeno de un animal a un humano.
“Las pandemias no son
eventos que ocurren una vez en la vida. Esto muestra el aumento de los eventos
secundarios zoonóticos desde 1960. Estos eventos están aumentando tanto en
frecuencia como en gravedad”, alertó Dasgupta.
En la pandemia actual, el
costo humano es de 5.4 millones de personas muertas por COVID-19, de ahí que nuestra
capacidad repensar nuestra reacción sea extremadamente importante.
Según mapas de riesgo elaborados en 2017 por EcoHealth Alliance, América Latina es un caldo de cultivo de virus que podrían
dar lugar a una futura pandemia global. La investigación analiza los virus que
portan los mamíferos como los murciélagos, los simios y los roedores, y observa
cómo interactúan con los humanos en distintas regiones del mundo. En el
caso de los murciélagos, el estudio identifica que la región del mundo que
engendra un mayor riesgo es la Amazonía, y señala también como otro foco rojo a
América Central.
La última historia, “Más
allá de los coches eléctricos”, aborda el apogeo en términos de electrificación
que se está viviendo en el sector transporte, que representa casi una cuarta
parte (24%) de las emisiones directas de CO2 y el 16.9% de las emisiones
globales de GEI.
Para limitar el
calentamiento a 1.5 grados celsius, necesitamos una reducción del 90% en las
emisiones de CO2 del sector transporte para 2050.
Pese al boom en la
electrificación del sector, explicó Dasgupta, la electrificación en sí misma no
será suficiente para alcanzar nuestras metas climáticas, y la única manera de
alcanzarlas es si se implementan políticas para aumentar la capacidad del
transporte público y para que se realicen más viajes caminando o en bicicleta,
a la par de la electrificación.
En México, el autotransporte
con consumo de diésel y gasolina genera 64,434.76 y 88,456.25
Gigagramos
de dióxido de carbono (Gg de CO2) respectivamente, es decir, 23% de las
emisiones de este contaminante en territorio nacional.
Y la electrificación está
lejos de ser una realidad: se estima que, para 2030, la
participación de vehículos ligeros de gasolina en la flota vehicular se reduzca
sólo en 2% con respecto a 2017, es decir, que pasará del 96% al 94%. Se
calcula que los vehículos híbridos y
eléctricos podrían alcanzar una participación de sólo un 11% de la flota
vehicular para 2050.
En su mensaje de cierre, el presidente ejecutivo de WRI llamó a
tomar en cuenta los datos presentados durante las historias para tomar las
mejores decisiones.
“Creemos que se encontrarán con cada una de estas historias en
el año. Cada una juega un papel importante para sacarnos de donde estamos y
llevarnos a economías descarbonizadas. Hay elecciones que tenemos que hacer
este año, y estas son las áreas a tener en cuenta para convertir los
compromisos en acción”, dijo.
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