Tres comunidades artesanales participarán en la Feria Farex 2021, un re encuentro cultural con el patrimonio inmaterial del Caribe

 






La Feria Farex 2021 tendrá lugar del 2 al 5 de julio, en el Claustro de las Animas del Centro de Convenciones de Cartagena.

 

·         El objetivo de esta Feria es unir esfuerzos para la reactivación económica de Cartagena a través de los emprendimientos culturales y las industrias creativas del Caribe.

 

·         Este espacio es organizado por la Fundación Farex la cual promueve y resalta la cultura del Caribe, y cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Cámara de Comercio de Cartagena, Coosalud y el Centro de Convenciones de la ciudad.

 

50 emprendedores, quienes tendrán la oportunidad de comercializar sus piezas tanto vanguardistas como tradicionales, inspiradas en las últimas tendencias del diseño, la moda y la decoración; elaboradas a mano en diferentes materias primas,

 

La cultura y las industrias creativas, son un sector fundamental de la economía que están siendo llamadas a ser parte de la reactivación económica en el mundo entero. En Colombia las ferias, encuentros culturales, exposiciones comerciales son las encargadas de iniciar con el regreso del turismo de reuniones en el país, y Cartagena como uno de los destinos más importantes del Caribe, sigue avanzando en una reactivación segura para el turismo cultural.

 

En este contexto, la Fundación Farex, con el apoyo del Ministerio de Cultura a través del Programa Nacional de Concertación Cultural, la Cámara de Comercio de Cartagena, Coosalud y el Centro de Convenciones se han unido para realizar “Un Reencuentro cultural con el patrimonio inmaterial del Caribe” el cual se llevara a cabo en el Claustro de las Animas del Centro de Convenciones del 2 al 5 de julio del 2021, con el principal objetivo de aunar los  esfuerzos que se vienen desarrollando para la reactivación económica de la ciudad.




 

La Fundación Farex, entidad sin ánimo de lucro, se dedica a crear alianzas con los sectores público, privado y solidario a través de la planeación, gestión y ejecución de planes, programas y proyectos de carácter social, ambiental, turístico, educativo, artístico y cultural brindando servicios de alta calidad y en condiciones amigables con el entorno y con equidad social.

 

Chica Morales, directora de la Fundación Farex, comenta: “En esta oportunidad  a través de una agenda cultural queremos  ofrecer una experiencia de acercamiento al patrimonio inmaterial de la región, desde muestras representativas de eventos y prácticas culturales que se destacan en el caribe colombiano, como son Los Cuadros Vivos de Galeras – Sucre, y otros artistas cartageneros, lo que sin lugar a dudas representará un significativo apoyo para estas personas que se han visto bastantes afectados por causa de la emergencia sanitaria del Covid 19.”




 

Morales agrega: “Alternando con esta agenda cultural,  también estarán presentes 50 emprendedores de diferentes regiones del país  que han participado en  la Feria Farex en versiones anteriores,  quienes  tendrán la oportunidad de comercializar  sus piezas tanto vanguardistas como tradicionales, inspiradas en las últimas tendencias del diseño, la moda y la decoración; elaboradas a mano en diferentes materias primas, como preparación para FAREX 2022, que se llevará en las fechas acostumbradas del  3 al 11 de enero en el Centro de Convenciones.”

 

Será una especial oportunidad para apoyar a las industrias creativas y culturales de nuestro país, por lo cual la invitación es para que de manera segura y cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad se acerquen del 2 al 5 de julio al Claustro de las Animas del Centro de Convenciones para vivir este reencuentro con la cultura.  La apertura será el 2 de julio a las 4:00 p.m. hasta las 8:00 p.m. y del 3 al 5 de julio el horario es de 10:00 a.m. a 8:00 p.m.

 

PARTICIPACIÓN DE ARTESANÍAS DE COLOMBIA




Artesanías de Colombia se suma a la feria Farex 2021, a través del apoyo en la participación de tres comunidades artesanales de la región caribe colombiana: Pontezuela, Taller Edwin Barrios y Tejesperanza.  Estos tres grupos artesanales son beneficiarios del programa APV (Atención a Población Victima y Vulnerable).

 

El Programa de Atención a Población Victima y Vulnerable - APV de Artesanías de Colombia, es una iniciativa que busca mejorar las capacidades de la población artesana víctima y vulnerable del país para su inclusión productiva, mediante el desarrollo de asistencias técnicas que fortalezcan la artesanía como una alternativa para generar ingresos y mejorar las condiciones de vida de la población víctima y vulnerable del país. 

 

PONTEZUELA, CARTAGENA




Pontezuela es un corregimiento ubicado a 30 minutos (en moto) del norte de Cartagena: del barrio acomodado de Crespo, se pasa por las largas playas de Manzanillo, tomando la Troncal del Caribe, hasta llegar a la entrada de Bayunca, en donde se gira hacia la izquierda, para encontrar un caserío formado por unas cuantas calles con vientos que evocan las cercanías del mar caribe. 

 

La mayoría de gente que hace artesanía en Pontezuela “viene, como yo, de vientre en totumo”, comenta Guillermo González, un artesano que desde que tiene uso de razón, recuerda tanto a su padre como a su madre involucrados en la economía de ese fruto, el cual es tan importante desde su selección, limpieza y secado hasta su transformación en objetos utilitarios.

 

El totumo es una especie que desde hace más de 50 años se trabaja masivamente en este corregimiento. Según Miguel Jurado, otro artesano apasionado por el trabajo y la transformación del material, quienes introdujeron este conocimiento en el territorio fueron personas que en los años sesenta mantenían contacto constante con Cartagena; ellos comenzaron a intercambiar información respecto a productos que pudieran diversificar la economía de Pontezuela, que hasta ese entonces se basaba en la pesca, la ganadería, la cría de animales y la caza.

 

Para Guillermo González y Miguel Jurado, el totumo es su propia vida: con el totumo se elaboran hoy coloridas maracas, güiros, fruteros y contenedores que los más de 250 artesanos del corregimiento venden en las calles de Cartagena de forma ambulante y también a pequeños comercializadores de La Heroica.

 

TEJESPERANZA, SAN JACINTO




Si bien la actividad agrícola y ganadera son las más relevantes en los Montes de María, San Jacinto es reconocido por la excelencia en la elaboración de artesanías. Su geografía y la mezcla de tradiciones indígenas, afrodescendientes y mestizas derivó en manifestaciones culturales como la música y la transformación de los hilos de algodón en coloridas creaciones.

 

El conocimiento del tejido en telar vertical y el crochet ha sido transmitido de generación en generación. El producto que más representa la artesanía san jacintera es la hamaca, por lo que el municipio se conoce también como “la tierra de la hamaca grande”.

 

El oficio de Tejesperanza está relacionado con la vocación artesanal del municipio. También existe una importante vocación agrícola: San Jacinto está incrustado en los fértiles Montes de María, por lo que la producción tradicional como fríjol, caraota, maíz de diferentes colores, ñame morado y otros productos de la región, ha sido fundamental en la historia de la supervivencia y comercio de éste pueblo.

 



Sin embargo, las dificultades generadas por la violencia que desde los años 80 sacudió el municipio, han generado obstáculos en el desarrollo de las parcelas de pequeños terratenientes. Además, la afectación en los campos por la introducción de proyectos como la siembra de algodón ha llevado a la comunidad a ver la actividad artesanal como la única fuente de ingresos posible.

 

Surgen así más agremiaciones de artesanos en el municipio, en donde el principal oficio es el telar vertical, que tradicionalmente se trabaja para producir hamacas. Las Tejedoras de Esperanza de San Jacinto poseen un gran conocimiento y vocación al respecto; las mujeres mayores enseñan a las más jóvenes técnicas tradicionales e incluso algunas que se están perdiendo. El lampazo, por ejemplo, lo transmiten las mayores, de forma que no se pierda este conocimiento.

 

Si bien históricamente los integrantes de la Asociación de Tejedoras Esperanza de San Jacinto trabajaron individualmente, hoy en día han decidido trabajar conjuntamente para la resolución de sus necesidades básicas y también las de sus familias. 

 

ARTESANÍAS EDWIIN, CARTAGENA



Edio Miguel Barrios aprendió a hacer artesanías con el cacho de la vaca al lado de su abuelo, quien fue uno de los pioneros del oficio en Cartagena. A los siete años, comenzó a cortar con pequeñas seguetas las piezas y a lijar barcos, pájaros, gallos, palomas y mariamulatas que su abuelo creaba con el cacho. Luego aprendió a hacer bolsos, anillos, ensaladeras y cucharas de coco. Edio estudió hasta cuarto de primaria y, desde los diez años, no se ha alejado un solo día del oficio. Hace 20 años fundó el taller Artesanías Edwin, en honor a su hijo mayor. Compró taladros, motores, prensas y lijas, y contrató a cuatro artesanos que lo ayudan en la fabricación de las piezas de cacho, coco y concha de nácar. A los 46 años, les ha dado clases a decenas de jóvenes y personas de la tercera edad que han llegado hasta su taller con el deseo de aprender la técnica y crear objetos cargados de brillo.

 

Para conseguir la materia prima Edio Barrios recorre los municipios aledaños a Cartagena, donde varios comerciantes le venden bultos de 60 cachos de vaca con los que realiza la producción de un mes. En un fogón de leña pone a sancochar durante dos horas los cachos, luego los deja secar durante dos días al sol, les unta aceite de cocina para ablandarlos y los tritura en una prensa. La materia prima ingresa en moldes y plantillas, y con la ayuda de una segueta Edio va cortando y creando la figura. Después lija y brilla la pieza con la tela de un overol. Así produce objetos de tonos naturales y diferentes texturas que están llenos de luz. Con el coco el proceso es más sencillo. Lo corta con una segueta y lo seca al sol durante un día para extraerle la grasa. Luego, sobre una tabla redonda, le va dando forma a tazas, vasos, tablas, ensaladeras, fruteros y cucharas de diferentes tamaños.




 

Se cree que el uso de los cachos de la vaca fue una tradición que los españoles trajeron al país junto con la implementación del ganado y los diversos usos que podían dársele a las distintas partes del animal. Era común que los peines y peinillas se fabricaran con el cacho, sin embargo, con la aparición del plástico el oficio se fue olvidando. Fue gracias al empeño de artesanos como Edio Barrios, que han diversificado el uso del cacho, que este saber ancestral se ha mantenido en el tiempo. Por esto mismo, uno de los objetivos de su taller es seguir formando a jóvenes que deseen aprender la técnica para mantener viva una de las herencias artesanales que más fascina a los turistas de Cartagena.

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