Los manglares, una fuente de vida que Colombia conserva
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“Los
manglares son importantes para alcanzar la meta de reducción de emisiones de
Gases de Efecto Invernadero en un 51 % al año 2030”: Ministro de Ambiente.
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Gracias
a un programa del Minambiente, se han restaurado más de 2500 hectáreas de
manglares deteriorados o degradados.
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“El manglar y su
ecosistema le sirve a la comunidad para sentirse protegida”: Ignacia de la
Rosa, de la Bahía de Cispatá.
En el Día Internacional de la Defensa del
Ecosistema de Manglar, que se celebra hoy, el Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sostenible reconoce la importancia de estas reservas en la lucha
contra el cambio climático.
Los
manglares son un sistema socioecológico en el que los componentes natural y
social interactúan y han evolucionado conjuntamente, pues las prácticas de
pesca, recolección de crustáceos y moluscos, cacería, extracción de madera,
leña y plantas medicinales, lo mismo que el transporte, entre otras actividades
que se ejercen en estas áreas, han entretejido estrechos vínculos con estos
ecosistemas.
Los
manglares constituyen un hábitat fundamental para el ciclo de vida de algunas
especies, al ser el hogar de las primeras etapas de un sinnúmero de peces,
muchos de ellos de importancia comercial; adicionalmente, brindan otros
beneficios, por ejemplo, el de aprovisionamiento, ya que en ellos las
comunidades cercanas obtienen su alimento, contribuyen a la formación del
suelo, retienen sedimentos y acumulan materia orgánica, lo que favorece a la
consolidación de nuevas tierras.
En cuanto
a los servicios culturales y de regulación también juegan un papel importante,
al proporcionar recreación, estética, transporte y educación, por un lado, y,
por el otro, depuran los excesos de nutrientes en el agua, evitan la erosión y disminuyen
los riesgos de desastres naturales para las comunidades, ya
que actúan como barreras frente a oleajes extremos y huracanes, evitando así
posibles inundaciones; además, proveen alimento y refugio a otras especies y
propician el ecoturismo.
Los manglares hacen parte de los ecosistemas de carbono
azul, que junto a los pastos marinos son estratégicos para enfrentar el cambio
climático; por esa razón, su conservación, preservación, restauración y uso
sostenible los hacen protagonistas de las Soluciones Climáticas Basadas en la
Naturaleza, pues estos recursos naturales almacenan, en promedio, hasta cinco
veces la cantidad de carbono por hectárea que puede haber en un bosque
continental, capturándolo por décadas y hasta siglos.
Prioridad para Colombia
El
Minambiente estructuró el Programa Nacional de Uso Sostenible, Manejo y
Conservación de los Ecosistemas de Manglar. Se trata de un instrumento de
política que ha dinamizado la gestión en torno a estas reservas y que da
cuenta, entre otros factores, de la zonificación de las áreas de manglar, la
planificación para la conservación, la investigación y la participación
ciudadana.
Es así
como se ha avanzado en la zonificación de las 290,7 mil hectáreas de manglar
del país, se han formulado planes de manejo generales y específicos para un
poco más de una tercera parte de los manglares y se han declarado áreas bajo
figuras de protección en el ámbito nacional (Santuario de Flora y Fauna El
Corchal el Mono Hernández, en Sucre y Bolívar), regional (Distrito Regional de
Manejo Integrado Golfo de Tribugá-Cabo Corrientes, en Chocó) y local (Reserva
Natural Especial Bazán-Bocana, en Buenaventura).
De igual
forma, la gestión del Minambiente ha propiciado la restauración de más de 2500
hectáreas de manglares deteriorados o degradados, ejercicio en el que han
participado comunidades locales, las que han obtenido de este nuevas fuentes de
ingreso.
Referente
mundial
A la fecha, en materia de reducción de emisiones de Gases
de Efecto Invernadero (GEI), se ha implementado el proyecto Vida Manglar, de
carbono azul, en el Golfo de Morrosquillo, que cubre una extensión de 7561
hectáreas.
Carlos
Eduardo Correa, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, expresó que Vida
Manglar se ha convertido en referencia para el mundo. “Se trata de un proyecto
de gran impacto que, además de conservar miles de hectáreas de bosques de
manglar en las costas de Córdoba y Sucre, y de generar empleo en la zona, le apunta
a la meta de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero en un 51 %
al año 2030. Aquí las comunidades están jugando un papel muy importante. Es una
apuesta grande de enorme valor para lograr la carbono-neutralidad al 2050. El
país tiene que seguir gestionando metas de mediano y largo plazo, vamos por
buen camino”, dijo.
Vida Manglar es posible gracias a un esfuerzo articulado
entre el Minambiente y los aliados Corporación Autónoma Regional de los Valles
del Sinú y el San Jorge (CVS), el Instituto de Investigaciones Marinas y
Costeras (Invemar), la Fundación Omacha, Conservación Internacional, Apple y la
Unión Europea.
“El manglar y todo su ecosistema le sirve a la comunidad
para sentirse protegida; es para nosotros como una madre protectora”,
dijo Ignacia de la Rosa Pérez, líder de la comunidad en la Bahía de
Cispatá.
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