El Papa desde el hospital: Siento en el corazón la "bendición" que se esconde dentro de la fragilidad
El Papa Francisco envió un mensaje desde el hospital Gemelli, donde permanece ingresado desde el 14 de febrero a causa de una neumonía bilateral, en el que asegura que siente en el corazón “la bendición que se esconde dentro de la fragilidad”.
Este es el tercer domingo que el Papa Francisco no ha podido leer el texto del Ángelus. Al inicio de su mensaje, difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Santo Padre agradeció a los médicos y al personal sanitario “por la atención con la que me cuidan”.
“Siento en el corazón la ‘bendición’ que se esconde dentro de la fragilidad, porque precisamente en estos momentos aprendemos aún más a confiar en el Señor; al mismo tiempo, doy gracias a Dios porque me da la oportunidad de compartir en el cuerpo y en el espíritu la condición de tantos enfermos y personas que sufren”, precisó.
“Desde aquí la guerra parece aún más absurda”
El Pontífice agradeció a continuación las oraciones “que se elevan al Señor desde el corazón de muchos fieles de muchas partes del mundo. Siento todo vuestro afecto y vuestra cercanía y, en este momento particular, me siento como ‘llevado’ y sostenido por todo el Pueblo de Dios. ¡Gracias a todos!”, expresó a continuación.
“Yo también rezo por vosotros —prosiguió—, y rezo sobre todo por la paz. Desde aquí la guerra parece aún más absurda. Rezamos por la atormentada Ucrania, por Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, Kivu”, exhortó.
De lo que rebosa el corazón habla su boca
Al comentar el Evangelio de este domingo 2 de marzo (Lc 6,39-45), el Papa Francisco destacó que Jesús “nos hace reflexionar” sobre dos de los cinco sentidos: la vista y el gusto.
Sobre la vista, el Pontífice explicó que Jesús, cuando dice: “Saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano”, nos está pidiendo “entrenar los ojos para observar bien el mundo y juzgar con caridad al prójimo”.
Solo con esta mirada de cuidado y no de condena, puntualizó, “la corrección fraterna puede ser una virtud. ¡Porque si no es fraterna, no es una corrección!”, enfatizó.
En cuanto al gusto, el Santo Padre subrayó que Jesús nos recuerda que “cada árbol se conoce por su fruto”. “Y los frutos que vienen del hombre son por ejemplo sus palabras, que maduran en la boca, de modo que ‘de lo que rebosa el corazón habla su boca’”.
Los malos frutos, señaló el Papa Francisco, son “las palabras violentas, falsas, vulgares; los buenos son las palabras justas y honestas que dan sabor a nuestros diálogos”.
Por ello, invitó a los fieles a reflexionar: “¿cómo miro yo a las otras personas, que son mis hermanos y hermanas? ¿Y cómo me siento mirado por ellos? ¿Mis palabras tienen un buen gusto, o están empapadas de amargura y de vanidad?”.
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